Rompió el glaciar y no lo podemos ver porque nadie descubrió (en Argentina) las lentes y/o cámaras de Visión Nocturna

Santa Cruz - Por Rubén Lasagno - La imprevisión, una vez más, nos privó a los argentinos y al mundo, ver uno de los pocos espectáculos de la naturaleza que ocurre acá nomas, en nuestra casa, a escasos kilómetros donde ayer había colas de más de 7 y 8 kilómetros para acceder a la playa de estacionamiento del Parque Nacional.

Por orden de las autoridades de Parques y por estrictas razones de seguridad, a las 20:30 ayer domingo quedó desalojado el complejo y se vaciaron las pasarelas que a pesar de la intensa lluvia, estuvieron atestadas de turistas yendo y viniendo durante todo el día y hasta la última hora permitida.

Muchos nos fuimos de allí con la convicción de que el puente colapsaría de un momento a otro. En las últimas horas, desde la parte interna del túnel de hielo, se produjeron desprendimientos importantes y el adelgazamiento de la masa era evidente, por cuanto había operado rápida y fuertemente desde el mediodía del viernes, cuando dijimos que por experiencia de los entendidos en este tipo de fenómenos, no iba a “durar días”, como algunos preveían, sino que se trataba solo de horas para su rompimiento.

Y finalmente esta madrugada, de acuerdo a los registro de Parques Nacionales (porque en realidad nadie lo vio cuando el fenómeno ocurrió, estaban durmiendo), el puente de hielo cedió y cayó. Se ubicó el evento a las 23/23:30hs, pero nuestras fuentes confirmaron que no está claro el momento justo y se especula ocurrido en horas de la madrugada de acuerdo a los estuendos escuchados en el área. Lo más lamentable es que tal acontecimiento natural que se genera solo de vez en cuando y podría ser uno de los últimos antes de la construcción de las represas sobre el río Santa Cruz, no se pudo ver en el mundo, no solo por culpa de la noche, sino por la imprevisión de quienes, al menos, poniéndole un poco de ganas, organizándose y administrando los recursos, teniendo en cuenta todo el tiempo previo para prepararse, que otorga este tipo de eventos, no cubrieron como en otras oportunidades las horas de la noche, con una cámara dotada de una lente con visión nocturna o una máquina Nitgh Vision y uno o dos operadores que pudieran registrar el momento. Tampoco es necesario comprarla, se pueden rentar y de muy alta calidad.

Al menos si ellos no podían o no querían, hubieran permitido que alguien con medios y ganas, lo hiciera. No es tan difícil ser un poco más ingenioso y concedente, ante una eventualidad de estas características.Después escuchamos a funcionarios llenarse la boca, hablando del turismo y el desarrollo de El Calafate, mientras el mayor atractivo que tiene el Parque y el país, quedó a oscuras y no hay una sola imagen para reproducir el momento.

Falló una acción tan básica como cubrir las horas nocturnas con una simple cámara con la lente apropiada para ver en la oscuridad, de hecho hoy existe una amplia gama de intensificadores de luz (Generación I, II, III y IV) que hacen innecesario proyectar luz infrarroja sobre el objetivo (en este caso el témpano) y por el contrario, al ser el hielo una masa brillante muy reflectante, con la lente adecuada la cual multiplica ciento de veces la poca luz ambiente o una cámara NGV de las cuales hay en el mercado hogareño, se podría haber registrado la caída del coloso.

Nada de esto ocurrió. Tal vez a nadie se le ocurrió que la naturaleza podría disponer de sus tiempos. Es posible que alguien haya pensado “a lo argentino”: “Vamos a dormir y mañana a las 08:00 estamos acá”, como si se tratara de un trabajo en la administración pública, cuyos tiempos tan bien manejan los empleados públicos en nuestra provincia y el país; tal vez fue la ignorancia, tal vez es desconocimiento y la desidia; tal vez el errado concepto de que las cosas siempre pasan cuando nosotros queremos, no cuando deben pasar o tal vez, porque a nadie le importó nada.

Me causó mucha gracia ayer, cuando en el parador del Glaciar pegunté si alguien iba a cubrir la noche y un hombre que andaba con una identificación del lugar y un handie en la mano me dijo “No, por preservación del glaciar no se lo puede iluminar para tomar imágenes”. Me sonreí y seguí caminando. Interiormente pensé si ésta persona y las autoridades que lo mandaron a decir eso, tenían la misma preocupación “conservacionista”, ante la megaobra planificada por el gobierno río abajo y las consecuencias que tendrá sobre el glaciar; algo más dañino, seguramente, que la luz de un reflector de led, lo cual tampoco era necesario y/o imprescindible para registrar la escena única que nos iba a regalar la naturaleza.

Lo cierto, único y concreto, es que hoy todos hablamos de lo que pudo ser y no fue. Nadie vio algo, siquiera para relatar el acontecimiento, emulando a nuestros viejos cuando escuchaban todo por radio y se tenían que imaginar cómo se estaba desarrollando el evento detallado con emoción por un relator. Nadie nos puede contar el momento en que el puente de hielo se desplomó y si después de esto, sale alguno “que lo vio”, lamentablemente, no le podremos creer. Todos estaban durmiendo, como es casi una costumbre en este país donde siempre nos sorprenden los derrumbes y no solo tan gratos como la caída del puente de hielo del Glaciar Perito Moreno. (Agencia OPI Santa Cruz desde El Calafate)

Fte e Img: La Opi Santa Cruz

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