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PRIMER JUICIO POR JURADOS

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Mendoza - San Martín: Así lo decidió por unanimidad el jurado popular. La empresaria de 46 años fue ultimada brutalmente a golpes el pasado 28 de octubre en San Martín. Las pruebas en su contra fueron contundentes.
Julio Mendoza (33) fue declarado culpable y condenado a prisión perpetua por el femicidio de su pareja, la empresaria Ivana Milio (46), asesinada brutalmente a golpes el pasado 28 de octubre en su vivienda del barrio Los Solares, en San Martín. La decisión del jurado popular, integrado por doce civiles, fue unánime.
Mendoza estaba detenido desde el 30 de octubre tras permanecer casi 36 horas prófugo. Desde entonces, fue imputado por homicidio doblemente agravado por su situación de convivencia preexistente y por mediar violencia de género.
Durante el juicio por jurado, el fiscal del Ministerio Público Oscar Sívori, justificó la carátula de la causa al señalar que Mendoza llevaba siete meses conviviendo con Ivana Milio en la casa donde sucedió el femicidio. Además, en el lugar, se encontraron manchas de sangre y huellas dactilares del único imputado en diferentes objetos de la casa.
De acuerdo a la reconstrucción del hecho, el ataque se produjo entre las 19 y las 21.30 del 28 de octubre, cuando Mendoza comenzó a golpearla en la cocina-comedor. Luego la introdujo al dormitorio, donde fue el ataque final que terminó con la vida de Ivana Milio.
La mujer sufrió múltiples golpes en su rostro y cuello, además de un hundimiento en el pecho producto de la fractura del esternón. Fue tal el ensañamiento de Mendoza, que arrancó un televisor led de la pared para golpearla al menos cinco veces en su cabeza. Esta prueba fue presentada en el juicio, donde los peritos detallaron que en el aparato se encontró ADN (sangre y pelos) de la víctima, y huellas dactilares del imputado.
Luego del crimen, Mendoza se fugó en un Ford Focus de Milio y lo abandonó en calle Guajardo y Ruta provincial 50, del distrito Alto Verde. En el interior del automóvil, había manchas de sangre. Desde ese momento, el hombre fue intensamente buscado por la policía, hasta que se presentó junto a su abogado en la comisaría 12 de San Martín.
Cabe recordar que la policía tomó conocimiento del asesinato cuando la hija de Ivana Milio, de tan sólo 13 años de edad, encontró rastros de sangre en el suelo de la vivienda familiar. Al no recibir respuesta de su madre, la niña pudo ingresar al inmueble saltando la medianera por el patio de sus vecinos.
Tras dar aviso al 911, personal de Policía Científica se trasladó al lugar y constató la muerte de Milio. Luego se determinó que la mujer había sido asesinada a golpes y el principal sospechoso pasó a ser Mendoza, con quien la empresaria convivía desde hace varios meses.
Tras entregarse, los investigadores constataron que Mendoza tenía las manos hinchadas por los golpes aplicados, rasguños en el cuerpo y también una fractura en la mano izquierda. A su vez, peritos de Policía Científica señalaron que en el Ford Focus había manchas de sangre de Mendoza y algunas de la víctima, ya que el homicida estaba manchado con ella.
Durante el juicio, una ex novia contó que, en los momentos posteriores al homicidio, intentó ubicarla en el teléfono buscando refugio. Una amiga de Mendoza también complicó la situación procesal del acusado, al declarar que el acusado le envió un mensaje de WhatsApp, a las 19.15 del 28 de octubre, diciéndole: “Me la mandé, amiga”. Ante el sorpresivo mensaje, ella le preguntó a qué se refería, pero no recibió ninguna respuesta.
En cuanto a los testigos aportados por la defensa, se destacó el testimonio de un vecino que vivía a 20 metros de la casa de Milio. Este hombre dijo que el día del crimen vio a Mendoza irse a las 17 de la casa de la víctima, pero nunca lo vio volver. Agregó que a las 19 vio a Ivana cerrando el portón y la saludó. Este vecino es la última persona que vio con vida a la empresaria fúnebre.
El objetivo de la defensa fue poner en duda la presencia de Mendoza en la vivienda de Milio al momento de su muerte. Un sólo voto en contra, o sea a favor del sospechoso, le alcanzaba para que el proceso fuese declarado “estancado”. Si esto sucedía, tenía que realizarse un nuevo juicio dentro de los siguientes 30 días. Si en esa instancia el fallo tampoco era unánime, al acusado se le retiraban los cargos y se terminaba la causa.
Sin embargo, ante las contundentes pruebas en su contra, el jurado popular no tuvo dudas y condenó a Mendoza por homicidio doblemente agravado por su situación de convivencia preexistente y por mediar violencia de género. La lectura del fallo se vivió dentro y fuera de la sala al grito unísono de ¡Justicia por Ivana!
 
Fte e Img: Este Online
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