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HIDROPONIA UNA BUENA OPCIÓN

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Hidroponia

Con casos exitosos, la hidroponia se perfila como una opción atractiva
Formosa: Se trata de una forma de cultivo sin suelo, en la que se utiliza un 80 por ciento menos de agua. La historia de un emprendedor que se animó y está en expansión.
En una provincia en la que se decidió dejar de hablar de emergencia hídrica porque la escasez de agua ya es una problemática instalada, la hidroponia ofrece una alternativa ya que, en promedio, los cultivos utilizan 80% menos de este recurso. 
Además, por tratarse de un ambiente controlado, las plantas casi no se ven afectadas por plagas y el producto final es limpio y, aseguran, tiene un sabor más auténtico. Algunos productores han comenzado a inclinarse por este método y también hay quienes lo eligen para auto sustentarse.
En la hidroponia, las plantas se cultivan en agua, sin contacto con la tierra -aunque en algunos casos se puede usar un sustrato- y, generalmente, las piletas o tuberías se colocan dentro de un invernadero. En la mayoría de los casos, se le agregan minerales al líquido para suplementar los nutrientes que en el cultivo tradicional las raíces obtienen del suelo.
Esteban Schiavino, de Green House hidroponia e invernaderos, detalla que, como se le suministra a la planta el alimento que necesita durante las 24 horas, es mejor la calidad del producto y la velocidad de crecimiento se incrementa. Así, una lechuga que, en el suelo, demora de 70 a 90 días desde que se coloca la semilla hasta que se puede cosechar, en el agua está lista en 40 a 45 días. La clave, detalla, es suministrar la solución nutritiva específica para el tipo de cultivo y para el estadio de la planta.
Este productor de San Rafael se ha abocado al cultivo hidropónico de hortalizas de hoja, como lechuga, espinaca y rúcula. Sin embargo, aclara que se puede producir cualquier planta, desde espárragos a frutillas. De hecho, Schiavino es oriundo de la Patagonia y allí producía plantines de árboles para el INTA.
Su padre fue quien decidió incursionar en este campo 25 años atrás, cerca de Bariloche, cuando, destaca, no había Internet y eran solo dos los productores hidropónicos en todo el país. Entonces, se debió valer de la experiencia cotidiana y del inevitable prueba y error. Ya en Mendoza, Esteban decidió empezar a comercializar invernaderos, dar charlas sobre hidroponia en distintas provincias y, en 2018, dedicarse al cultivo.
Sus hojas verdes las vende en supermercados y verdulerías del departamento sureño, como también a restaurantes de comida natural y a dos chefs. Es que resalta que no utiliza agroquímicos, sino algunos pesticidas orgánicos e incluso elaborados por ellos mismos, y que los minerales que se coloca en el agua son los que naturalmente están presentes en el suelo.
Por otra parte, indica que la tierra aporta sabores, pero como en los cultivos hidropónicos no hay contacto con ésta, el sabor es el original y más intenso. Al punto que si se cultiva melón, cuando la planta tiene 5 centímetros, las raíces huelen a la fruta.
Por otra parte, no es necesario lavar tanto el producto, lo que resulta ideal para las empresa de catering, ni tampoco desechar hojas. Incluso, una vez cosechada, se puede conservar la lechuga, con su raíz, en agua y se mantiene fresca por varios días.
Inversión
En cuanto a la inversión que demanda un cultivo hidropónico, Schiavino detalló que, para un proyecto con destino comercial, se necesitan unos 300 a 400 mil pesos para arrancar. Pero agregó que se amortiza en dos años y que se utiliza, en promedio, un 80% menos de agua que en la agricultura tradicional. 
 
Lo ideal, señaló, es tener dos invernaderos y que uno sea un semillero o maternidad, donde se tiene un stock de plantines para reponer las plantas que se venden, lo que asegura una producción continua.
Aunque la cantidad de plantas por metro cuadrado es similar al cultivo en tierra -unas 15 plantas de lechuga por metro cuadrado-, indicó que, si se climatiza el vivero se puede producir todo el año, cualquier producto que se desee, como también los plantines para abastecer a las huertas a cielo abierto.
Dar el paso
Guillermo David proviene de una familia de chacareros, desde su abuelo. Y ahora su hijo, Alejandro, continúa la línea. Sin embargo, le interesó diversificar la siembra para resguardarse de los vaivenes de precio y demanda de las huertas con un solo cultivo, cualquiera sea. En 2016 decidieron incursionar en la hidroponia, con semillas de lechuga que les provee una empresa holandesa, que elige productores en distintas partes del mundo.
David ya contaba, en su finca en El Sauce (Guaymallén), con viveros, ya que cultiva algunas variedades gourmet, como pimientos, pepinos y berenjenas, todos mini, y aromáticas como menta, ciboulette, albahaca, romero y tomillo; además de tomates cherry. Pero tuvo que adaptar uno de estos espacios, asesorado por la firma europea, para obtener lechugas hidropónicas, de diferentes variedades.
El agricultor, que tiene un puesto en el Mercado Cooperativo de Guaymallén, detalló que hay distintos métodos de cultivo hidropónico: sólo con agua, con sustrato, con perlitas volcánicas. También están los que no agregan nada al agua y los que -la mayoría- le añaden nutrientes como hierro, calcio, fósforo y potasio.
 
Fte e Img: Diario Opinión
http://www.diariopinion.com.ar/noticias/2019/10/10/27771-con-casos-exitosos-la-hidroponia-se-perfila-como-una-opcion-atractiva
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