RDA365

Historia & Leyendas

BATALLA DE LA TABLADA

Índice del artículo

BatLaTablada

El último triunfo del Ejército del Norte en el Alto Perú

Salta: El comandante era el general Belgrano, pero el artífice de esta victoria fue el coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid. Por Luis Borelli 
El último grito de victoria del Ejército del Norte en el Alto Perú.
 
El próximo miércoles 15 de abril, se cumplirá el 203° aniversario de la última batalla que el Ejército del Norte libró en el Alto Perú. Su comandante era el general Manuel Belgrano, pero el artífice de esta victoria fue el coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid. El enfrentamiento fue en La Tablada de Tolomosa, cerca de la ciudad de Tarija, por entonces, parte de la Intendencia de Salta, gobernada por el general Martín Miguel de Güemes.    
Para cumplir con la misión que le había encomendado el general Belgrano, Aráoz de Lamadrid salió de la ciudad de Tucumán el 3 de marzo de 1817 al frente de 300 soldados y dos piezas de artillería. Según las instrucciones de Belgrano, Aráoz de Lamadrid debía ingresar al Alto Perú por Atacama ­o el “Despoblado”­, y ocupar los puestos entre Potosí y Oruro. Es decir los que iban dejando los realistas en su marcha sobre Jujuy y Salta. La idea de Belgrano era generar una serie de ataques con la intención de crear incertidumbre en las tropas realistas al verse atacadas por la retaguardia.
 
Según Belgrano, la misión de Aráoz de Lamadrid era cortar las comunicaciones de Ramírez, comandante de las fuerzas realistas, con su provisión de víveres que llegaban desde Tupiza, Cinti (Camargo) y todos aquellos “lugares donde conservan sus pocas fuerzas”. Sin embargo, en el camino Aráoz de Lamadrid cambió de dirección. La explicación que da al respecto el jefe tucumano, es que al no poder Belgrano enviarle las mulas y caballos que necesitaba para expedicionar por el Despoblado de Atacama­, fue él mismo en busca de esas “cabalgaduras necesarias” a Tarija, a principios de abril de 1817.
Al acercarse a Tarija, la división de Aráoz de Lamadrid pasó sin ser notada a la izquierda de un escuadrón y de 50 infantes al mando del entonces realista Andrés de Santa Cruz, en el valle de Concepción, y sin atacarlos para no perder la sorpresa sobre Tarija. Cuando el comandante y gobernador realista de Tarija observó el avance de las tropas pensó que se trataba de las fuerzas gauchas del teniente coronel Francisco Pérez de Uriondo -quien había partido desde San Ramón de la Nueva Orán hacia Tarija-.  Por ello ordenó la salida de los granaderos del Cuzco para atacarlas, expresando: “Vamos a desparpajar (despabilar) a esos gauchos”.
 
Los realistas, luego de cruzar el río Guadalquivir y observar el despliegue patriota, se dieron cuenta de que no eran fuerzas irregulares. Y así, ante los primeros disparos se replegaron y encerraron en la villa (Tarija) protegida por las trincheras recién construidas por José de la Serena. Ante ello, Aráoz de Lamadrid ocupó el morro de San Juan, en donde emplazó sus 2 cañones y luego intimó la rendición de Ramírez, que fue rechazada.
Los gauchos de Pérez de Uriondo, junto con otros grupos de montoneros, entre ellos los de Eustaquio Méndez y José María Avilés, aportaron unos mil hombres y colaboraron en el sitio de Tarija, rodeándola por orden de Aráoz de Lamadrid, a fin de capturar a los mensajeros despachados con pedidos de ayuda hacia las divisiones ubicadas en el valle de Concepción y en Cinti (la actual Camargo). Méndez se adelantó con 100 jinetes bien armados a recibir a Aráoz de Lamadrid en la Cuesta del Inca y en tanto Santa Cruz, que estaba casualmente en Tarija, intentó romper el sitio, pero no lo logró.
Al escuchar los cañonazos, las fuerzas realistas acantonadas en el valle de Concepción (unos 130 soldados) se dirigieron entonces a Tarija, entrando por el campo de la Tablada en las primeras horas del 15 de abril de 1817 al mando del oficial Malacabeza. En tanto, Aráoz de Lamadrid salió a reconocer el campo con solo 32 húsares, el excapitán Lorenzo Lugones, que viajaba como aventurero en la expedición, y los ayudantes Manuel Cainzo y el teniente Victorio Llorente.
 Al encontrarse de pronto con las fuerzas realistas, envió a Llorente en busca de la 1° compañía de húsares al mando del capitán Mariano García y cargó sable en mano obteniendo la victoria de la batalla, en la que murieron 65 realistas, incluso 2 oficiales, quedando prisioneros otros 40, con solo un muerto patriota y un portaestandarte y 3 soldados heridos.
 
Inmediatamente después, Aráoz de Lamadrid retornó a Tarija y volvió a intimar la rendición al sitiado Mateo Ramírez, quien luego de rechazarla, la aceptó ante la amenaza de ser pasados todos a degüello y además, por temor al ataque desordenado de un millar de gauchos. A pesar de contar con fuerzas superiores, salió el mismo Ramírez a parlamentar con Aráoz de Lamadrid solicitando que no se saquearan sus pertenencias y que se le concediesen los honores de la guerra.
La rendición de los realistas en Tarija le significó al Ejército del Norte la captura de 20 oficiales (incluyendo a Ramírez, Santa Cruz y otro teniente coronel) y 274 soldados, habiéndose tomado 400 fusiles, 10 pares de pistolas, 20 sables, 47 lanzas, 5 cajas de guerra, abundantes municiones, útiles de maestranza, víveres e incorporándose, además, muchos altoperuanos al Ejército del Norte. Posteriormente fueron encontrados otros 50 fusiles.
El costo total del ataque a Tarija fue de 2 muertos y entre 5 y 7 heridos. Luego, Aráoz de Lamadrid envió un mensaje a Manuel Belgrano comunicándole la victoria y avisándole que enviaría los prisioneros por la ruta del Chaco salteño escoltados por una compañía de 50 milicianos de Tucumán al mando del capitán Carrasco que había llegado con la división, lo que ocurrió dos días después.
GregorioAraozdeLamadrid
Importancia de la batalla
Según Mariano Torrente (1792-1856), que escribió la Historia oficial de la revolución en América por encargo del rey de España, dice sobre la batalla de La Tablada: “El coronel La Madrid, de gran nombradía en los anales revolucionarios, fue encargado de encender de nuevo la tea de la discordia. Con una respetable columna de 600 facciosos i a cañones se presentó al frente de la Villa de Tarija, guarnecida a aquella sazón por 350 realistas a las órdenes del Teniente Coronel D. Mateo Ramírez; i aunque esa fuerza parecía suficiente para hacer una brillante resistencia, fue sin embargo hecha prisionera por capitulación. No es fácil explicar las causas que mediaron para tomar este inesperado partido; pero seguramente presidio a los consejos de aquel jefe, bien acreditado por su bizarría i decisión, antes y después de aquella desgracia, una inexplicable fatalidad poco favor a la opinión de las tropas que mandaba”.
Para el historiador tarijeño
Jesús Miguel Molina Gareca, “la acción de La Tablada no fue un hecho mínimo o una acción de poco valor. Debe recordarse que entre 1815 y 1816 la gran mayoría de líderes guerrilleros del Alto Perú fueron muertos o fueron presos por las tropas del rey: Vicente Camargo, 3 de abril de 1816, muerto; Ramón Rojas, 5 de abril de 1816, muerto; Manuel A. Padilla, 14 septiembre 1816, muerto;  Juan José Fernández Campero, Marqués de Tojo, 15 de noviembre de 1816, preso;  Ignacio Warnes, 21 de noviembre de 1816, muerto. Es una lista de horror compuesta o integrada por los más conspicuos guerrilleros de las republiquetas en el Alto Perú".
 
De ahí que la incursión de Aráoz de Lamadrid y su acción junto a los guerrilleros Ruíz, Garay y Guerrero en la batalla de La Tablada fue un hecho que difícilmente podían esperar las tropas del rey.
 
Esas mismas tropas realistas en una actitud autosuficiente, creían poder llegar incluso hasta Buenos Aires. Sin embargo luego de la toma de Tarija y otros contrastes sufridos en la zona de Humahuaca y luego Salta, se dieron cuenta de la imposibilidad de ir más allá y decidieron retornar y establecer su cuartel general en Tupiza.
 
Esa acción, la de abandonar su objetivo mediato que era Tucumán y luego avanzar más al sur, fue consecuencia de la acción valerosa en La Tablada, que sumadas a otras obligaron a abandonar sus planes para protegerse a sí mismas, tan cierto es esto que luego de esta última invasión del ejército español a tierras hoy argentinas, luego sólo hicieron expediciones coyunturales, pues no se alejarían hasta el fin de la lucha emancipadora de su cuartel general ubicado en el Alto Perú.
Fte e Img: El Tribuno
Ley 11.723 - Art.28: "Las noticias de interés general podrán ser utilizadas, transmitidas o retransmitidas; pero cuando se publiquen en su versión original será necesario expresar la fuente de ellas". 
"Rda365" reproduce medios del interior del país con un sentido plural y Federal. No se hará responsable de la información publicada, ni ello tampoco implica, que coincida con la línea editorial del medio.-

 

Menu